¿Alguien nos dijo alguna vez que reír, acariciar, jugar o compartir son imprescindibles para educar personas emocionalmente fuertes? ¿Nos explicaron que los espacios son educativos cuando son luminosos, están en contacto con la naturaleza y permiten el movimiento? La alegría es una emoción imprescindible para el desarrollo pleno del niño o niña. Sin alegría no hay exploración, intimidad, encuentro, crecimiento, protección o resiliencia. Ni, sobre todo, valor. Quienes educamos queremos impulsar personas plenas y felices. Y nos hacemos responsables de nuestro papel en ello. Pero nuestra historia afectiva, nuestr ...